«Desde que volví de Tokio 2020, sabía que iba a estar en París»

Desirée Vila fue una gimnasta apasionada por el mundo de la disciplina acrobática. En 2014 fue campeona de España y participó en el Campeonato del Mundo de París. Un año después, sufrió el accidente que cambiaría su vida. Desirée se rompió la tibia y el peroné a causa de un mal salto durante uno de sus entrenamientos. Un error en el diagnóstico de la lesión la llevó a someterse a la amputación de su pierna derecha.

Ahora, la gimnasta ha hecho del salto de longitud su nueva disciplina. En 2020 participó en los Juegos Paralímpicos de Tokio y espera volver a clasificarse para los Juegos de París. Es embajadora de Adidas, se ha convertido en coach motivacional, está estudiando Relaciones Internacionales y en 2023 fue galardonada con el Premio Women of The Year a la Deportista del año.

Pregunta: Antes del accidente, estabas dentro del mundo de la gimnasia acrobática y alcanzaste logros significativos. ¿Por qué elegiste este deporte? 

Respuesta: Porque yo era una niña muy activa. Estaba constantemente haciendo el pino y volteretas por todos lados. Mi madre vio en el periódico que había clases de gimnasia de prueba y me apuntó. Desde el primer día me enamoré y no dudé en iniciarme en ese deporte.

P: ¿Qué significaba para ti el deporte en ese momento? ¿Es muy diferente a cómo lo vives ahora? 

R: Era diferente porque por aquel entonces no me dedicaba a ello profesionalmente, no tenía becas, ni ingresos, ni patrocinadores. La presión era mucho menor, aunque la gimnasia me apasionaba tanto como lo hace ahora el atletismo.

«Tras haberme sometido a la amputación no quería saber nada de la competición»

P: Después de la amputación, ¿hubo algún momento en el que consideraras el deporte como “culpable” de lo ocurrido y te plantearas renunciar? 

R: Si, tuve que trabajar con la psicóloga el trauma porque al principio no quería saber nada de la competición (solo hacer deporte por salud) y tenía miedo a volverme a lesionar. No se puede entrenar a alto nivel con ese miedo porque las lesiones forman parte del día a día del deportista (de hecho, yo me lesioné el tobillo en el 2020 entrenando).

P: Afirmas que “a veces el reconocimiento no viene por los méritos, sino por cómo te vendes”. ¿Cuál es la clave para esto? 

R: Hay que saber encontrar el equilibrio. Las marcas quieren deportistas exitosos representándoles, pero también quieren trabajar con gente que sepa hablar bien delante de las cámaras, que tenga unos valores, una historia, que tenga impacto en redes sociales… A veces es injusto que medallistas paralímpicos no tengan ninguna repercusión, pero también hay que dedicarle tiempo, esfuerzo y dinero a trabajar la marca personal para poder conseguir colaboraciones y más visibilidad.

P: A menudo mencionas que hasta que no empezaste con el atletismo no aceptaste tu nueva condición física. ¿Cómo fue este proceso? ¿Cómo influyó el deporte en tu aceptación personal?

R: El primer día que subí una foto a mis redes sociales donde se veía mi prótesis, fue el de mi primer entrenamiento con el equipo paralímpico. El ver a otras personas de mi edad, que tenían la misma discapacidad y que eran felices, me ayudó a aceptar mi propia condición.

P: ¿Por qué elegiste el atletismo y no otro deporte adaptado?

R: Fue pura casualidad. Probé varios deportes, entre ellos la natación, el baloncesto o el tenis en silla de ruedas… Pero me motivó mucho aprender a correr con la ballesta y de manera progresiva vi que se me daba bien el atletismo. En ese momento pensé que podía plantearme el empezar a competir otra vez.

P: Publicaste un libro titulado “Lo único incurable son las ganas de vivir”, donde compartes tu experiencia y el proceso de recuperación. ¿Qué te motivó a escribirlo y qué mensaje esperas transmitir a tus lectores?

R: Al principio fue una especie de diario que me recomendó hacer mi psicóloga. Luego me di cuenta de que podía ayudar a la gente con el hecho de compartir mi experiencia. Espero que la gente que lo lea se pueda sentir identificada si está viviendo una situación parecida, y que le acompañe en su propio proceso.

«Las marcas quieren deportistas exitosos que tengan impacto en redes sociales»

P: Estás en camino de clasificarte para los Juegos Paralímpicos de 2024. ¿Cómo ha sido tu preparación para este evento y qué significaría para ti competir en este escenario?

R: Desde que volví de Tokio 2020 tenía claro que iba a estar en París. En 2014 competí en esta misma ciudad, en el mundial de gimnasia acrobática. Por lo que, para mí, 10 años más tarde, estar en el mismo sitio compitiendo en lo más alto, significa mucho. Ahora tengo un mundial (en mayo en Japón) y necesito llegar a la marca mínima para clasificarme.

P: A lo largo de tu carrera, ¿qué ha sido lo más gratificante para ti como deportista adaptada? ¿Hay algún momento específico que recuerdes con especial cariño o que haya sido especialmente significativo para ti?

R: Mi primera medalla internacional, que fue en el europeo de Polonia de 2021. Cuando yo tuve el accidente, me estaba preparando para un europeo de gimnasia acrobática, por lo que haber podido ganar mi primer bronce unos pocos años más tarde me hizo pensar que a veces el cambio puede ser una oportunidad.

P: Y ahora al revés, ¿te han intentado alguna vez cortar las alas en tu carrera como deportista, porque quizás pensaban que lo que te proponías era imposible de alcanzar?

R: No, o por lo menos no directamente. Pero he tenido muchos obstáculos… creo que como todo el mundo. Empezando por la dificultad para encontrar un entrenador que quiera trabajar con un deportista con discapacidad y, al mismo tiempo, que tenga la formación necesaria para hacerlo, problemas burocráticos con las federaciones, compañeros a los que no les gusta que destaques o que te vaya bien…el deporte siempre tiene una cara “menos agradable” que solemos ocultar porque tampoco es algo bonito de compartir pero que claramente está y muchas veces te impide llegar lejos.

P: Además del atletismo, ¿qué te inspira a seguir adelante y a alcanzar tus metas a pesar de las dificultades que te puedas encontrar?

R: Me gusta ver hasta dónde pueden llegar mis límites probando otros deportes. Por ejemplo, he probado surf o snowboard, que no los había practicado teniendo 2 piernas y ahora me encantan. También me he propuesto el reto de hacer El Camino de Santiago. Y, además, me motiva el compartir mi historia a través de las charlas de sensibilización con empresas, ayudar con mi testimonio a personas que le han amputado también una pierna y están muy perdidos, y dar a conocer el mundo de la discapacidad y el deporte paralímpico en redes sociales.

P: ¿Cuál crees que es el recorrido que todavía falta para que, a nivel social, el deporte adaptado sea considerado al mismo nivel que cualquier otro deporte?

R: No debemos pensar en la discapacidad como un “qué mala suerte” si no como una condición más. Cambiar la concepción de que los deportistas paralímpicos “hacemos deporte para rehabilitarnos” porque entrenamos las mismas (o más) horas que los deportistas olímpicos, y el nivel cada vez es más alto. Y darlo a conocer más, tanto en medios de comunicación como retransmitiendo competiciones en canales de televisión nacional.

P: Como todos, habrás tenido referentes que te han ayudado en tu camino. ¿Te ves siendo referente para aquellas personas que puedan estar pasando por situaciones similares a la tuya?

R: Yo no puedo decir con seguridad que sea un referente, porque es algo que no puedo saber. Mi objetivo es poder ayudar para que, si alguna niña de 15 años se enfrenta a una amputación en el futuro (como yo lo hice), no tenga que lidiar con tantos miedos e inseguridades como los que yo experimenté. Quiero que esa niña pueda imaginarse siendo lo que ella quiera ser, sin ningún tipo de limitación.

Laura tiene 21 años. Además del periodismo, el arte y la música, otra de sus pasiones es el ámbito de la educación, de lo cual ha trabajado varios veranos como persona de apoyo en una guardería. En...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *